La nueva educación se abre paso… por internet
Hace cuarenta o cincuenta años tener estudios superiores era sinónimo de conseguir un buen empleo. Con la proliferación de universidades y el acceso mayoritario a la educación superior los títulos fueron devaluándose y hoy la cola del paro está llena de licenciados en una variedad casi infinita de carreras universitarias.
Así las cosas nos encontramos como al principio. Quien quiere diferenciarse obteniendo una educación de calidad tiene que pagar por ello. Estudiar un posgrado en una escuela de negocios prestigiosa no suele bajar de los 20.000 ó 25.000 euros, por encima del salario anual del español medio. Pocos pueden permitírselo o, mejor dicho, pocos podían permitírselo.
La universidad por internet no es futuro, es presente
La educación on-line está revolucionando el panorama. Aunque internet tenga ya más de una década a sus espaldas no ha sido hasta muy recientemente cuando se ha empezado a considerar la red como un medio idóneo para la enseñanza. El problema es que en España hay muchas universidades presenciales, casi todas de titularidad estatal levantadas durante los años de la burbuja, y no precisamente por motivos de demanda, ni de excelencia académica, sino por pura lógica política.
Frente a esa inflación universitaria que padecemos han empezado a surgir iniciativas interesantes. Algunas provienen de instituciones educativas con prestigio y famas consolidados, otras son nuevas. Este es el caso de OMMA, acrónimo de On-line de Madrid Manuel Ayau, una escuela recién fundada que nace con vocación puramente digital y que homenajea con su nombre al padre de la Universidad Francisco Marroquín, un ingeniero guatemalteco fallecido hace ahora dos años.
Desde el corazón de la Villa y Corte
"Tenemos una sede física en el centro de Madrid", afirma su director Gonzalo Melián, doctor arquitecto con estudios de posgrado en economía y uno de los pocos expertos españoles en educación on-line. Así es, el OMMA cuenta con un pequeño y coqueto edificio de diseño contemporáneo en el corazón de la Villa, en el barrio de Latina, a corta distancia de la Basílica de San Francisco el Grande.
La sede es pequeña pero matona. Cuenta con dos aulas equipadas con los últimos avances tecnológicos. "Parece la NASA", dice un joven que ha venido a informarse, "todo lleno de pantallas, proyectores y micrófonos". Tanta tecnología en tan poco espacio no es casual. OMMA no aspira a impartir clases en esas aulas, sino en todo el mundo a través de la red. "La tecnología está aquí para facilitar esta tarea" remarca Melián, "los alumnos se conectan desde casa a la hora de la clase, asisten a ella, preguntan, interactúan y luego se desconectan".
Estudiar fuera de tu ciudad puede llegar a ser prohibitivo
Vista así, la cosa no es muy diferente a las clases de toda la vida, aunque hay algunas diferencias de peso, especialmente económicas. "Estudiar en el OMMA es mucho más barato que en cualquier otra escuela de negocios presencial", confiesa Gonzalo Melián, "nuestro máster de Value Investing sale por menos de 10.000 euros mientras que, en otras escuelas, algo similar no baja de los 25.000". La matrícula no es la única ventaja. "Si quieres hacer un máster en Nueva York, en Londres o en Madrid y no vives en ninguna de esas ciudades el primero de los gastos que tendrás que hacer será el del viaje y la estancia, y ninguna de las tres es barata", remata Melián.
Un alumno de posgrado que, por ejemplo, viva en Las Palmas quiere estudiar en Madrid tendrá que pagar, aparte del máster propiamente dicho, los viajes y un año de estancia en la capital. La educación on-line elimina tanto el transporte como tener que vivir fuera de casa. Para el director de OMMA la velocidad de la conexión ha terminado por dar el definitivo espaldarazo a escuelas como la suya: "con conexiones a Internet rápidas y fiables como las que hay ahora no es necesario desplazarse, la gente hoy se conoce por Internet, liga por Internet, comparte sus hobbies por Internet… en suma, para muchas cosas Internet ha sustituido las interacciones físicas".
Dos promociones y contando
Que las interacciones físicas hayan pasado en muchos ámbitos a mejor vida no significa que fenezcan las relaciones personales. La plataforma que mueve las lecciones de OMMA permite que los alumnos se vean, se conozcan, chateen entre ellos, se pasen documentos, vídeos y otros materiales educativos. Porque, entre las ventajas de este tipo de educación hay una que destaca especialmente: la capacidad multimedia y la posibilidad de seguir una clase en diferido. En OMMA si no se puede asistir a una clase no pasa nada, el alumno puede verla unas horas después. Eso es una facilidad que ni la mejor universidad presencial del mundo ofrece.
El boca-oreja es la mejor publicidad que existe
Con todo el futuro por delante los pioneros de OMMA se disponen este mes a iniciar la segunda promoción del máster y ya están trabajando para sacar nuevos programas el año que viene. La primera culminó el máster hace sólo unas semanas. Actualmente la escuela cuenta con un programa compuesto por un máster de Value Investing único en su género, un curso de inversión en valor que cuenta con especialistas de talla mundial y el apoyo de una conocida agencia de inversión. "Nos terminarán conociendo por los resultados", dice con cierto orgullo Melián, "el boca-oreja es la mejor publicidad que existe y ese fenómeno ya está empezando a llenarnos el aula virtual sólo unos meses después de haber arrancado", concluye el director del centro.
La apuesta está echada. A lo largo de los próximos cursos el OMMA, un proyecto educativo español con vínculos transatlánticos, se la juega en el mundo entero. Si es cierto que la suerte ayuda a los valientes, se convertirá en todo un éxito.
Fede
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